Era verano y venía un fin de semana largo. No sabíamos muy bien que hacer pero algo siempre surge. Ángela nos ofreció su casita y allí nos fuimos, casi todos! comimos una paella buenisima! Jugamos en Barra como niños bajo las nubes de una tormenta y no dormimos por los preciosos ronquidos de algunos caballeros... aaaahh que maravilloso recuerdo me llevo.
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